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Wu Wei: Deja de lado todas tus preocupaciones

"La alegría y la felicidad perfectas sólo pueden encontrarse en la no-acción"
Chuang Tse
Maestro taoísta continuador de Lao Tse

Wu Wei
Estamos acostumbrados a preocuparnos por todo, tanto por lo bueno como por lo malo. "Preocuparse" viene de "ocuparse antes de tiempo".  Y esto es básicamente lo que estamos acostumbrados a hacer en occidente, PRE-OCUPARNOS. Todo el rato nos estamos ocupando del futuro, todo el rato planificamos e intentamos controlar todos los factores que pueden influir nuestra vida en el futuro, ya sea cercano o lejano. Sin embargo, ese control es imposible. Existen tantos factores fuera de nuestro campo de acción que no es posible saber a ciencia cierta que todos nuestros cálculos serán correctos y nos llevarán allí donde pensamos. Es más, la mayoría de las veces, cuanto más calculamos, cuantos más factores creemos controlar menos alcanzamos nuestras metas.


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Einstein...sabio en todos los sentidos

Albert Eintein
"Nuestros tiempos se caracterizan por descubrimientos científicos extraordinarios y por sus aplicaciones prácticas. ¿Quién no queda impresionado por ello? No obstante, no olvidemos que el conocimiento y las aptitudes técnicas no llevan a la humanidad a una vida digna y feliz. La humanidad tiene todo su derecho a colocar a aquellos que expresan valores morales por encima de aquellos que descubren la realidad objetiva. Lo que la humanidad debe a Buda, Moisés y Jesús es mucho más importante que el éxito de las investigaciones realizadas por las mentes de científicos. La humanidad debe defender con todas sus fuerzas las enseñanzas de estos grandes hombres si no quiere perder su "raison d'etre", la certidumbre de su destino y la alegría de su existencia."

Albert Einstein, Premio Nobel de Física 1921

INSPIRADOR...

Amor incondicional

Fotógrafo: alica
Muchas veces hemos oido hablar del amor incondicional y siempre se vincula a un tipo de amor ciego, irracional y sacrificado. Nada más lejos de la verdad.

El amor incondicional es aquel que acepta al otro en su totalidad, con sus virtudes y sus defectos y que además no pide nada a cambio. Ama sin esperar una contraprestación ni emocional, ni de cualquier otro tipo. El amor incondicional es fuerte y crea un vínculo casi imposible de romper por mucho que nos enfademos a lo largo de nuestra vida con la persona amada. El ejemplo más fácil de entender es el amor de una madre.

Sin embargo, este tipo de amor lo podemos sentir por cualquier persona. Para ello debes amarla en el más amplio sentido de la palabra, olvidando a la persona como tal (su cuerpo físico y su cuerpo mental o pensamientos) y amando su Ser. Este tipo de amor es hermoso, gratificante y envolvente.

Si logras amar de esta manera a tus seres queridos no solo les harás un bien a ellos, sino que te lo harás a ti mismo/a. Cuanto más amplies tu capacidad de amar, más tranquilidad y felicidad hallarás en tu vida.

No te pierdas la vida

Fotógrafo: René Lutz
Vive la vida profundamente,
vive la vida intensamente,
vive la vida conscientemente,
vive la vida coherentemente.

Que cuando llegue el momento de dejar esta vida no haya nada que quisite hacer y reprimiste, o no te atreviste.
Que cuando llegue el momento de dejar esta vida no haya nadie a quien no amaste porque los demás así te lo aconsejaron.
Que cuando llegue el momento de dejar esta vida no tengas nada de lo que arrepentirte, que tu comportamiento haya sido coherente sobre todo contigo mismo y con tus propios valores.

No lo pienses, no lo dejes para más tarde, no lo compliques, no tienes tiempo para todo eso. La vida pasa y no nos damos cuenta.

La desperdiciamos con tonterías: enfadándonos, preocupandonos, haciendo planes que en realidad se quedan en sueños que nunca alcanzamos, creando estrategias, escuchando chismorreos, peleando, discutiendo, quejándonos.

No sigas por ese camino. Disfruta de tu gente, diles cuanto les quieres, disfruta de lo que tienes no pienses en lo que te falta, disfruta del aire, del sol, del canto de los gorriones, de la musica que sale de esa tienda por la que pasas, de dar los buenos días a quien te cruces, de sonreir cuando vayas a comprar, de ayudar a quien lo precise, del piquito de pan de esa barra que acabas de comprar, de una onza de chocolate antes de dormir, de una copita de vino con la comida, de cocinar para los que amas, de tu pareja, de la sonrisa de tus hijos, de estar ahí para abrazarles cuando lo necesitan, de que tienes unos ojos sanos que te permiten leer este texto y de que fuiste a la escuela y aprendiste a leer, de que tuviste una educación, de que tienes acceso a la tecnología de nuestro tiempo. Disfruta de que hoy despertaste y sigues vivo. Hay tantas cosas que disfrutar en un sólo día.

Mira a tu alrededor, descubrelas, disfrutalas y vive.

Vive, vive el ahora, vive el presente, ¡vivelo ya!

Protege tu energía vital

Hace un par de días ocurrió algo en mi círculo cercano que me sacudió brutalmente, me arrolló sin piedad y me hizo olvidarme de todo cuanto había aprendido...sobre todo del Segundo Acuerdo, "No te tomes nada personalmente".

Fotógrafo: Martina
Me olvide de ello y además de la peor manera, porque me tomé personalmente algo que ni siquiera iba dirigido a mi. Era para alguién muy cercano, con un espíritu vulnerable por su condición de consciencia elevada. Y yo actué como si me lo hubieran hecho a mi e intente mostrar mi punto de vista a la persona afectada y también, craso error, le quise dar mi solución, lo que yo haría, como yo veía que se estaba equivocando en su comportamiento.

Error, tras error, tras error...con todo el amor del mundo, con todo el respeto posible, con toada la mejor intención, pero error.

Si te implicas personalmente en los conflictos de otros y te dejas arrastrar emocionalmente, entonces lo mejor que se puede hacer es dejarse llevar por esas emociones, reconocerlas y soltarlas. Pero nunca actuar mientras estén presentes, porque cualquier acción que tomemos, no importa con que intención (positiva o negativa) será un error y lo pagaremos con nuestra energía vital, que se escapará a raudales de nosotros, como si hubiésemos corrido La Maratón de Nueva York, como si hubiesemos alcanzado la misma cumbre del Himalaya...pero sin la euforia de quien llega a la meta...porque lo que tendremos es el amargo sabor del derrotado.

He tenido suerte, paré a tiempo, reconocí mi error. No puedo eliminar la acción que tomé pero si pude actuar a tiempo cuando las emociones se habían calmado para contrarrestar los daños de mi error. Y hoy mi energía vital se está recuperando y con un pequeño esfuerzo más volverá a tener los niveles de hace una semana.

La lección está aprendida, ahora se lo que significa reconocer las emociones, dejarlas salir, verlas ocurrir, dejarlas ir...y entonces actuar. No hay mejor forma de aprender que con la propia experiencia.

Te animo a que lo intentes la próxima vez que tus emociones amenacen con arrollarte, respira, observa, suelta y luego actua...

UNMEI NO AKAI ITO - El hilo rojo del destino


Cuenta una vieja leyenda china...

... que el  Abuelo de la Luna ata un hilo rojo en la muñeca de cada niño que nace; ese hilo está atado a muchos otros hilos, que a su vez sujetan las muñecas de todas las personas con las que ese niño está destinado a encontrarse...

A medida que el Bebé crece, los hilos se van acortando, acercando cada vez más a aquellas personas que están destinadas a reunirse a pesar del tiempo, del lugar o de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse pero nunca romperse.

¿No es una bonita leyenda?...según esto todas las personas que se cruzan con nosotros en nuestra vida tienen una razón de ser. Esto puede ayudar a ver que nos aporta cada persona para entender su presencia. Si aplicamos este principio, también podremos expresar nuestra gratitud por tener a esas personas en nuestra vida y esto favorece la paz interior.

Como suele decir una amiga..."Nada en esta vida es por casualidad"

El síndrome de la víctima

Todos conocemos a alguien que se pasa el día quejandose de lo mal que le van las cosas. Hasta ahí, podríamos pensar: "Bueno allá él o ella, cada cual con lo suyo, si no encuentra otra forma de desahogarse que quejándose, pues que se queje."

Fotógrafo: runtothewater
El problema viene cuando esa persona además de quejarse opina que el resto del mundo es culpable de sus desgracias y además nos utiliza constantemente como "cubo de basura" para lanzar toda su frustración. Todos necesitamos en un momento dado de alguién que nos preste su hombro, pero cuando ese "momento" se convierte en una constante, cuando cada vez que hablamos con esa persona el tema único de conversación son sus desgracias provocadas por todos aquellos que la/le rodean, cuando le intentamos contar alguna cosa que nos ha salido mal y esa persona siempre tiene algo peor, cuando intentamos no mostrar a esa persona que nos encontramos bien o nos ha salido algo bien porque automáticamente nos hará sentir culpables por nuestra felicidad y su tristeza...Entonces debemos estar alerta.

Este tipo de personas tienen el síndrome de la victima. Les encanta ser víctimas, dar lástima y que los demás se apiaden de ellos, se nutren de nuestra energía positiva y les encanta traspasar su aflicción y frustración a sus interlocutores.

Si tienes que tratar en numerosas ocasiones con una de estas personas protégete mentalmente, pues a largo plazo son capaces de hacer sentir mal y bajo de energía hasta al más positivo de los seres. Además si aún sabiendo que las cosas no son como las cuenta le das la razón no le estarás haciendo ningún favor. Estas personas necesitan de alguien que les haga conscientes de que el cambio está únicamente en su mano.

Ahora bien, todos tenemos un punto de victimismo, así que te propongo un reto. Escuchate bien cuando hables con otras personas, observa el lenguaje que utilizas, desde que punto de vista cuentas las cosas y si observas el más mínimo signo de victimismo, pregúntate despues, a solas contigo mismo/a ¿Qué es lo que está ocurriendo realmente? ¿Quién tiene realmente la solución en su mano? Respóndete de forma sincera, y actúa.

El cariño no se puede comprar

Fotógrafo: Sebastian Engel
¿Cuantas veces no habremos oido esta afirmación?

Seguramente cientos desde que comenzamos con nuestras relaciones sociales en la guardería. Se comienza ofreciendo caramelos o juguetes a cambio de amistad o de poder jugar con los niños de la guardería, el colegio, el barrio...

Se supone que con la edad deberíamos entender que el cariño como muchas otras cosas (el amor, la compañía, el respeto, el apoyo...) no se pueden comprar. Pero no es así.

Día a día en las sesiones con mis clientes me encuentro con este tipo de situaciones en las que se espera poder comprar los sentimientos o la relación social de las personas. Por mucho que se cuide de una persona: se le prepare comida, se le preparé la ropa, se le atienda en momentos de necesidad, no se puede obligar a la otra persona a que nos pague con la misma moneda. Lo normal es que así fuese, pero eso dependerá de lo equilibrada que sea la vida de la persona a la que se cuida.

Cuando amamos y cuidamos debemos hacerlo porque nos sale así sin más interés, ni exigencia. Si no nos mueve el amor profundo y desinteresado, entonces nuestra entrega tampoco es sincera y las probabilidades de que no obtengamos la atención que se espera a cambio es muy alta.

Si estás decepcionado/a con el comportamiento de alguna persona hacia tí, quizá sea este el momento de recapacitar y ser sincero/a contigo mismo/a sobre tus verdaderas motivaciones en el trato hacia esa persona.

¿Estamos preparados para aceptar nuestros sentimientos?

A veces es complicado aceptar lo que sentimos. Los sentimientos no nos preguntan si es el momento adecuado para aparecer, simplemente aparecen. De pronto están ahí, sin que podamos hacer nada para que se vayan. Y nos arrollan, nos sobrepasan.

Fotógrafo: Ann Kathrin Hoffmann
Generalmente se nos enseña a no sentir: "Los chicos no llorán", "No es para tanto, no exageres", "¿Cómo es posible que te tomes tan a pecho semejante tontería?", "No le digas que estás enamorada, hazte la difícil para parecer interesante", "No le demuestres que te duele su actitud"...

Se nos ha educado para esconder nuestros verdaderos sentimientos, hasta el punto que está mal visto si uno dice que es feliz, porque parece que lo hace para regodearse frente a su interlocutor.

Y aún más difícil es expresar, comunicar los sentimientos, muchas veces nos es hasta dificil llamar a esos sentimientos por su nombre, sobre todo si son sentimientos "negativos" como ira, odio, enfado, frustración...

Pero no hay sentimientos ni buenos ni malos, ni negativos ni positivos, los sentimientos son eso, sentimientos y no hay que etiquetarlos de ninguna manera, ni juzgarlos. Lo que hay que hacer es reconocerlos, observarlos y decidir que acción tomaremos a partir de ellos. Todo sentimiento puede tener una acción positiva, incluso la ira. Por ejemplo si nos despiden de un trabajo por reestructuración de plantilla y nos sentimos iracundos podemos realizar dos tipos de acciones con esa ira. La acción destructiva que sería ponerse a gritar, golpear las instalaciones de la empresa o agredir a la persona que nos despidió, la acción constructiva sería pensar "Van a ver a quien han perdido, yo soy capaz de encontrar un trabajo mejor" y mandar el Curriculum Vitae a la competencia resaltando nuestro valor añadido por haber trabajado en la anterior empresa.

Este es un ejemplo laboral, pero lo mismo ocurre en nuestras relaciones personales e incluso en las actuaciones y sentimientos sobre nosotros mismos.

La proxima vez que aflore un sentimiento en tu ser parate a observarlo sin juzgarlo, llamalo por su nombre, acéptalo y después decide la acción que tomarás con respecto a ese sentimiento.

Aprender a fluir

Fotógrafo: Burkhard Trautsch
Creo que una de las tareas más importantes y complicadas del camino espiritual es aprender a fluir. Sin duda esto es también uno de los pasos que nos aporta un gran sentimiento de felicidad y de disfrutar plenamente la vida.

Pero fluir es complicado y muchas veces cuando pensamos que ya lo manejamos, se nos olvida, y nos sorprendemos nuevamente bajo las paredes de un canal de hormigon que impide que nuestro ser fluya libre con la vida.

Por eso es importante mantenerse siempre alerta, con la conciencia despierta para reconocer cuando vuelve a construirse el canal de hormigón y poder estar allí con pico y pala para evitar quedar aprisionados.

Como dicen en una conocida publicidad "Be water my fried" - "Se como el agua, amigo mío".

¡No dejes nunca de fluir!